Cuando tenía quince años, asistía a la Escuela Secundaria Varina para un programa para estudios de comunicaciones. Mi vida hizo el más ocupado que había estado alguna vez. Me desperté en seis por la mañana y tuve que hacer quehacer domésticos antes de dejara la casa. Tuve que cocinar a cada uno desayuno desde mis padres y mi hermano tuvieron que vestirse para el trabajo. Entonces tuve que alimentar a nuestros dos gatitos. Después de esto, tuve vestirme y lista para la escuela. Tuve que embalar los libros correctos para el día, según lo que hacíamos ese día en la clase. A veces estudiaríamos la fotografía y tomaríamos cuadros, y otros días que no tuve que traer muchos libros porque escribiríamos sólo para el periódico official de escuela.
Mi padre llevaría mi madre a trabajar a las 7:30 y luego él me manejaría a la escuela por la 8. Tomé cuatro clases un día y los primeros dos siempre serían mis clases de comunicaciones. En la primera clase estudiaríamos la historia de comunicaciones, incluso película, radio, periodismo, y fotografía. En la segunda clase, practicaríamos nuestra lección para el día. Nuestro profesor pasaría la mayor parte de tiempo con nosotros, ayudándonos como escribir bien.
Al mediodía, comería el almuerzo. Las dos últimas clases del día eran clases escolares regulares como matemáticas y ciencia. No me gustaron esas mucho porque no quise seguir una carrera en esos sujetos. Pero hice bien. Cuando la escuela era terminada, yo me iría a casa por autobús y haría la cena para mi familia. Cuando ellos vinieron a casa, comimos juntos y todos se acostaron temprano para preparar para el día ocupado siguiente.
No comments:
Post a Comment